martes, 29 de marzo de 2011

Virginia.

Huyendo, así estás ahora,
como tantas veces,
huyendo,
corriendo sin prisa,
engañando, testimoniando.
Huyendo, corazón extinto,
de desazón y de hipocresía,
incendiando quimeras,
baldeando esquinas,
persuadiendo instantes
sembrando mentiras.

Huyendo,
como tantas otras,
esas cercanas, ordinarias,
matizadas, clandestinas…
que transitan y se duermen,
se acoplan y desaparecen,
desertan del silencio inerte,
se esconden del cielo fugaz.
Huyendo, corazón despavorido,
de insalubres pleonasmos
e impropios vaticinios…
predices el sarcasmo,
titubeando placeres, dudas, cansancios…
insomne te escondes,
recreando fantasías,
puñados de polvos,
grillos, melancolías.

Huyendo, partirás sin aliento,
hasta el filo de la ceguedad,
la inconciencia de la casualidad,
la historia nunca antes dicha,
el sueño que no se vivió.
Huyendo, corazón delator,
marginal e incongruente,
sin voz ni carisma,
que se tropieza y cae,
se tranca y no olvida.










No hay comentarios:

Publicar un comentario